Cake Window (Wayne Thiebaud)

Cuando estoy ligeramente triste una de las cosas que hacen que me sienta mejor es dar un paseo y mirar escaparates de pastelerías. Descubrí el efecto curativo que ejercen sobre mi los "cake windows" cuando vivía en Germersheim, un pueblo alemán que carecía de TODO , sin exageración, salvo de panadería-pastelería y una buenísima escuela de traducción-interpretación . Juro que en susodicho pueblo había pocas cosas dignas de visitar , aparte de la universidad y la pastelería. Y como la universidad no me tranquilizaba precisamente, cuando llegaba a mis límites salía a saludar a mis pastelitos!

Reconozco que los alemanes son ,en ciertas ocasiones, raza cruel y fría pero en la repostería SON LOS REYES y en la decoración de los escaparates de sus cafeterias-pastelerías son unos DIOSES! Salivando ante escaparates llenos de Plätzchen (galletitas), Pflaumentorten (tarta de ciruelas), Kaesekuchen (tarta de queso), Erdbeeretorten (tarta de fresas, mi favorita), Streuselkuchen (algo parecido al "apple crumble" pero sin la manzana ) se respiraba cierto aire de alegría y optimismo. Con sólo mirarlos me convencía de la existencia de un mundo feliz como en los cuentos y de que mi martirio pronto llegaría a un fin

Desde la era de Germersheim y mi descubrimiento del efecto pastelería voy fichando pastelerías transmisoras de paz y felicidad . En Madrid, por ejemplo, una que me encanta (tengo dos o tres más ) es la que está en calle Gravina y dice que es especializada en piononos pero en realidad deberia serlo en el pastel de queso (habrá que repitir, no ? :-) ) En Nicosia me tranquiliza pasar por una que se llama Hurricane y olisquear la felicidad en carne y huesos. En Cairo (ciudad que conozco poquísimo pero me tiene enamorada) me gusta una que está en la Plaza Tahrir y petada de baklavas de todo tipo y egipcios sonrientes.

Estos dias no estoy ligeramente triste, estoy sumamente agobiada. Mis quehaceres y el calor que hace no me dejan pasar por Hurricane, asi que Wayne Thiebaud y su Cake Window , en versión de tarjetita cutre comprada en el Tate Modern figuran encima de mi escritorio y me ofrecen la única alternativa de alivio y tranquilidad asequible por el momento...

Gracias Wayne!